Drenando el orgullo del macho. Relato Femdom.

viernes, septiembre 08, 2017
Tengo 30 años y mi nombre es Laura desde que conocí a mi ama, xxx. Antes de eso me llamaba Víctor, era un chico normal de 28 años, mido 1,89, alto, musculoso y de cuerpo bastante atlético.  Me he considerado siempre un hombre atractivo, con bastante éxito con las mujeres, me han tachado de prepotente, chulo, y mas cosas, pero me importan bien poco las opiniones de los demás. Las mujeres solían durarme poco, me cansaba enseguida de ellas, a los 2-3 meses buscaba otra. 

Pero toda mi vida cambio una tarde de martes, cuando tuve que ir al médico, por unos dolores en los testículos, que llevaban días molestándome. Allí estaba sentado en un banco de una pequeña sala de espera, en el ambulatorio de mi ciudad, Barcelona, cerca de Arco del Triunfo. Son las 20:17 y tenia visita a las 20:00 y empiezo a impacientarme, cada vez me duele mas un testículo y empiezo a impacientarme. No hay nadie más en la sala de espera, no entiendo por que no sale la doctora a llamarme, así que me decido a abrir la puerta, estaba harto de esperar sin razón alguna. Abro la puerta con decisión y haciendo notar mi enfado.

-      -¡Oiga! ¿Piensa atenderme alguien? Tenia hora a las 20:00 y ya han pasado 20 minutos demás. ¿Es que no trabaja nadie aquí?

Allí estaba ella, no era mi médico de cabecera habitual. Era una mujer impresionante, sentada en su silla, estaba al teléfono detrás del escritorio del consultorio, morena, labios carnosos, ojos marrones y muy intensos. El pelo le caía a cada lado de los hombros, portaba una larga y frondosa melena. Tenía la bata abierta por la zona del escote, y asomaba un  escote, protuberante y generoso, no pude evitar que mi polla se emocionara ligeramente al verla. Se quedó mirándome con cara de asombro por mi abrupta intrusión. Entonces dijo algo a alguien que estaba al otro lado del teléfono.

-     -"No te preocupes por nada, que  yo me encargo, déjalo en mis manos. Cuídate mucho, acaba de entrar mi último paciente de la tarde. Un beso."

Colgó el teléfono, frunció el ceño dirigiéndose a mí y me dijo, con total firmeza y seguridad.
-"Disculpe, estaba hablando con una paciente, y no podido salir a avisar a nadie, pase por favor, enseguida estoy con usted."

Me hablo con tanta calma y firmeza que no pude evitar callarme, y hacer lo que me dijo. Entre y me senté en la silla. Justo en frente de ella, no podía evitar mirarle los pechos que asomaban por el escote, creo que me dolía mas el testículo solo de la excitación que estaba entrándome. Entonces ella comentó.

-"Y bien, ¿Es usted Víctor cierto? En que puedo ayudarle, su médico no está, soy su sustituta. Me llamo xxx."

Tenia una forma de expresarse, y unos gestos que no podía evitar sentirme pequeño delante de ella. Con timidez tuve que contarle mi problema, aunque no me hacia mucha gracia explicárselo a una mujer.

-Bien, pues el problema es que desde hace 1 semana, tengo un fuerte dolor en un testículo y cada vez va a mas. No sé por que puede ser.

-Vaya! “Dijo ella” Bueno, túmbese en la camilla, y bájese los pantalones y los calzoncillos, tendré que observarle.

Así que así hice, me fui hacia la camilla, que estaba contra una pared, y me quite toda la parte de abajo, poniéndome boca arriba. 

Entonces ella se levanto de su silla, dios santo que  alta era, aproximadamente 1,75, y llevaba solo la bata y una falda muy corta, que había estado oculta tras la mesa, que piernas mas impresionantes tenia, se notaba que era una mujer que hacia mucho deporte, pues lucia unos gemelos y cuádriceps tonificados. Trate de no centrarme mas  en ella, o iba a tener una erección, ya que a causa del dolor  testicular, llevaba 1 semana sin poder aliviarme. Ella se quedo mirando mi polla, que lucia flácida, no soy super dotado, pero no puedo quejarme, unos 16 cm en erección y 5 de grosor y poco mas de 6-7 en reposo.

   Colocándose unos guantes de latex, empezó a palparme los testículos, uno a uno...¿Te duele si aprieto aquí? 

-        -¡Si! ufff un dolor agudo me atravesó el estomago, dije.

-        -"No tiene buena pinta",dijo ella.

Mientras observaba y palpaba las zonas donde  me dolían, no podía evitar fijarme en ese escote tan increíble que asomaba a través de su bata, y note que mi pene empezaba a crecer. Y me puse nervioso, trate de acelerar el proceso diciéndole que me dolía mucho y ya esta, pero ella se dio cuenta que empezaba a tener una erección.


-"Vaya, pues tenemos un problema (se echó a reir) no te preocupes es normal. ¿Te duele en erección?"

-Si, de echo me duele mas si me excito…



 Continuará...

No hay comentarios:

Con la tecnología de Blogger.