Drenando el orgullo del macho. Relato Femdom.
Tengo 30 años y mi nombre es Laura desde que conocí
a mi ama, xxx. Antes de eso me llamaba Víctor, era un chico normal de 28 años,
mido 1,89, alto, musculoso y de cuerpo
bastante atlético. Me he considerado
siempre un hombre atractivo, con bastante éxito con las mujeres, me han tachado
de prepotente, chulo, y mas cosas, pero me importan bien poco las opiniones de
los demás. Las mujeres solían durarme poco, me cansaba enseguida de ellas, a
los 2-3 meses buscaba otra.
Pero toda mi vida cambio una tarde de martes,
cuando tuve que ir al médico, por unos dolores en los testículos, que llevaban
días molestándome. Allí estaba sentado en un banco de una pequeña sala de
espera, en el ambulatorio de mi ciudad, Barcelona, cerca de Arco del Triunfo.
Son las 20:17 y tenia visita a las 20:00 y empiezo a impacientarme, cada vez me
duele mas un testículo y empiezo a impacientarme. No hay nadie más en la sala
de espera, no entiendo por que no sale la doctora a llamarme, así que me decido
a abrir la puerta, estaba harto de esperar sin razón alguna. Abro la puerta con
decisión y haciendo notar mi enfado.
- -¡Oiga! ¿Piensa atenderme alguien? Tenia hora a las 20:00 y ya han
pasado 20 minutos demás. ¿Es que no trabaja nadie aquí?
Allí estaba
ella, no era mi médico de cabecera habitual. Era una mujer impresionante, sentada
en su silla, estaba al teléfono detrás del escritorio del consultorio, morena,
labios carnosos, ojos marrones y muy intensos. El pelo le caía a cada lado de
los hombros, portaba una larga y frondosa melena. Tenía la bata abierta por la zona del
escote, y asomaba un escote,
protuberante y generoso, no pude evitar que mi polla se emocionara ligeramente
al verla. Se quedó mirándome con cara de asombro por mi abrupta intrusión.
Entonces dijo algo a alguien que estaba al otro lado del teléfono.
- -"No te preocupes por nada, que
yo me encargo, déjalo en mis manos. Cuídate mucho, acaba de entrar mi
último paciente de la tarde. Un beso."
Colgó el
teléfono, frunció el ceño dirigiéndose a mí y me dijo, con total firmeza y
seguridad.
-"Disculpe,
estaba hablando con una paciente, y no podido salir a avisar a nadie, pase por
favor, enseguida estoy con usted."
Me hablo con
tanta calma y firmeza que no pude evitar callarme, y hacer lo que me dijo.
Entre y me senté en la silla. Justo en frente de ella, no podía evitar mirarle
los pechos que asomaban por el escote, creo que me dolía mas el testículo solo
de la excitación que estaba entrándome. Entonces ella comentó.
-"Y bien, ¿Es
usted Víctor cierto? En que puedo ayudarle, su médico no está, soy su
sustituta. Me llamo xxx."
Tenia una
forma de expresarse, y unos gestos que no podía evitar sentirme pequeño delante
de ella. Con timidez tuve que contarle mi problema, aunque no me hacia mucha
gracia explicárselo a una mujer.
-Bien, pues
el problema es que desde hace 1 semana, tengo un fuerte dolor en un testículo y
cada vez va a mas. No sé por que puede ser.
-Vaya! “Dijo
ella” Bueno, túmbese en la camilla, y bájese los pantalones y los calzoncillos,
tendré que observarle.
Así que así
hice, me fui hacia la camilla, que estaba contra una pared, y me quite toda la
parte de abajo, poniéndome boca arriba.
Entonces
ella se levanto de su silla, dios santo que
alta era, aproximadamente 1,75, y llevaba solo la bata y una falda muy
corta, que había estado oculta tras la mesa, que piernas mas impresionantes
tenia, se notaba que era una mujer que hacia mucho deporte, pues lucia unos
gemelos y cuádriceps tonificados. Trate de no centrarme mas en ella, o iba a tener una erección, ya que a
causa del dolor testicular, llevaba 1
semana sin poder aliviarme. Ella se quedo mirando mi polla, que lucia flácida,
no soy super dotado, pero no puedo quejarme, unos 16 cm en erección y 5 de
grosor y poco mas de 6-7 en reposo.
Colocándose unos guantes de latex,
empezó a palparme los testículos, uno a uno...¿Te duele si aprieto aquí?
-
-¡Si! ufff un dolor agudo me atravesó el estomago, dije.
-
-"No tiene buena pinta",dijo ella.
Mientras
observaba y palpaba las zonas donde me
dolían, no podía evitar fijarme en ese escote tan increíble que asomaba a
través de su bata, y note que mi pene empezaba a crecer. Y me puse nervioso,
trate de acelerar el proceso diciéndole que me dolía mucho y ya esta, pero ella
se dio cuenta que empezaba a tener una erección.
-"Vaya, pues tenemos un problema (se echó a reir) no te preocupes es normal. ¿Te duele
en erección?"
-Si, de echo
me duele mas si me excito…
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