En Valencia a tu costa
He tenido un poco abandonado el blog porque he estado unos dĆas disfrutando en Valencia. Disfrutando a costa de vuestro dinero, claro. Es maravilloso comprar un vuelo, comer, cenar, tomar copas con mis amigas sabiendo que cada euro gastado ha salido de los bolsillos de mis perdedores. Es la vida que merece una Diosa como yo, ¿no te parece?
En una noche especialmente loca, se nos fue un poco la mano pidiendo copas es una terraza, en ese momento, dije: “no os preocupĆ©is, yo me encargo”. AbrĆ Skype y le enviĆ© la factura a varios esclavos y sólo puse: “paga”. A los pocos minutos, me llegó un ingreso con la cantidad que reflejaba el ticket. Mis amigas alucinaron: “¿quiĆ©n te lo ha pagado?”. Entonces les contĆ© que tengo sumisos que se humillan ante mĆ y ademĆ”s me tributan. No podĆan creerlo… asĆ que al dĆa siguiente les propuse degradar a alguno.
DecidĆ premiar al sumiso que me habĆa pagado la cuenta. Mis amigas y yo nos pusimos en bikini y pusimos la cam. Mi pobre perro casi se corre nada mĆ”s vernos. Le di las gracias por la invitación y, el muy perdedor, se arrodilló y suplicó que le pidiĆ©ramos todos los tributos que necesitĆ”ramos, que querĆa que lo pasĆ”ramos bien… asĆ que tambiĆ©n terminó pagando las pizzas que habĆamos encargado.
DespuĆ©s de varias humillaciones terminó lamiendo el semen de la taza del baƱo mientras mis amigas le miraban con asco. “Es increĆble quĆ© haya chicos que hagan estas cosas”, dijo una de mis amigas. “Soy su Diosa. Son felices sirviĆ©ndome”.
En una noche especialmente loca, se nos fue un poco la mano pidiendo copas es una terraza, en ese momento, dije: “no os preocupĆ©is, yo me encargo”. AbrĆ Skype y le enviĆ© la factura a varios esclavos y sólo puse: “paga”. A los pocos minutos, me llegó un ingreso con la cantidad que reflejaba el ticket. Mis amigas alucinaron: “¿quiĆ©n te lo ha pagado?”. Entonces les contĆ© que tengo sumisos que se humillan ante mĆ y ademĆ”s me tributan. No podĆan creerlo… asĆ que al dĆa siguiente les propuse degradar a alguno.
DecidĆ premiar al sumiso que me habĆa pagado la cuenta. Mis amigas y yo nos pusimos en bikini y pusimos la cam. Mi pobre perro casi se corre nada mĆ”s vernos. Le di las gracias por la invitación y, el muy perdedor, se arrodilló y suplicó que le pidiĆ©ramos todos los tributos que necesitĆ”ramos, que querĆa que lo pasĆ”ramos bien… asĆ que tambiĆ©n terminó pagando las pizzas que habĆamos encargado.
DespuĆ©s de varias humillaciones terminó lamiendo el semen de la taza del baƱo mientras mis amigas le miraban con asco. “Es increĆble quĆ© haya chicos que hagan estas cosas”, dijo una de mis amigas. “Soy su Diosa. Son felices sirviĆ©ndome”.
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